Monday, September 25, 2006

Ahi va el primero

Cuando puse el post con la entrevista a Kevin Epps, mande un e-mail en el cual invitaba a varias personas a echarle un ojo al blog para que leyera la entrevista y de paso abri una invitacion para el que quisiera subir cosas a mi blog. Finalmente alguien se animo,

aquí les va un texto de Arie Hidalgo.






“Y si tú ya estás aquí,
yo quisiera preguntarte
si al mundo lo encuentras
enfermizo, delirante y brutal".

-Sizu Yantra-

Las nubes, las nubes, las nubes… siempre las nubes. Bueno, siempre mirándolas en busca de tonos: Colores rojizos, anaranjados, contornos violetas o rosados. Quiero nubes todos los días, a pesar de que a veces sean tan grises que me pongo pálido junto a ellas. Me gustaría que bajaran y tomaran a algunos para que flotaran sobre nosotros. Unos arriba, otros abajo y viceversa. Todos subiéndonos y bajándonos, esperando turno, haciendo comidas e intercambiando sensaciones. Se siente bien, se siente feo. Vértigo y aventura.

Las nubes, las nubes, las nubes… siempre las nubes. Bueno, siempre mirándolas en busca de respuestas. ¿Qué hago en una nube arriba, qué hago bajo una? Las sigo hasta caminar al final de la calle, cerca de la muerte e indagando por qué no han subido los que tenían qué subir. Perder la razón, olvidar la coherencia en la gaveta, pareciera que pocos han ido tras la misma idea. Siento bonito, siento fealdad, siento que nadie está cerca.

Sería otra vez comenzar con: las nubes, las nubes, las nubes… siempre las nubes. Bueno, esta vez no. No son las nubes, ni los otros o menos los algunos. Somos dos, somos cuatro, somos cero. Estamos separados, estamos distraídos, solamente esperando a que la vida nos despierte. Duerme, duermo, duerme, duermo, nadie está pendiente de despertarnos. Aquí vida, aquí un infinito de nubes haciéndose rojas, moradas, anaranjadas… porque siempre son ellas, las que ponen a girar la cabeza, a hurgar en la maldita gaveta que esconde tus olvidos para hacerte otra vez nuevo. Neófito espectador de una cortina de humo que atraviesa tu corazón.

Ja, ja, ja… las nubes que te gustan, siempre son así de raras, gustando a quienes voltean a verlas, perdonando a quienes omiten hacerlo para excavar la tierra. Gusanos, topos, huesos o quien sabe qué vean. Habrá raíces o de pronto hasta un infierno. Mientras las nubes no bajen por nosotros, todo será posible. Tú al armario, yo al día. Ella al parque y él de su brazo. Amor ante la ironía de quienes escriben su cuento.

Y sí; se acabó, con todo y esas nubes, nubes, nubes… ¡que tanto gustan!

1 comment:

Anonymous said...

Arie, BIG UP yourself carnal!!!